La fecha, algún viernes entre abril y diciembre del 2006 (agosto, tal vez).
La ciudad Cali.
Y como todo viernes que uno sale de trabajar, estaba mamado y no quería si no llegar a descansar. La mejor propuesta de ese viernes fue comprar unas Poker y tomarnos una botella de brandy 5 Estrellas Oro, e irnos para la casa de mi compadre/socio en ese momento y eso hicimos.
Estábamos en esas, escuchando música y analizando a profundidad la hermosa y sublime orgía playera del video de “Mar de Emociones” de ese grupo de nombre inolvidable: Afrosound, y entre trago y trago, vestidos de baño y afros ochentosos, me entró una llamada de un amigo al celular:
– ¡Parce, estoy aquí con la monita que le presenté el otro día y preguntó por usted!
– ¿Qué?
– ¡Caiga!
– No tengo un peso
– Pida prestado
– ¿Donde están?
– En Aventura Plaza
– Ya les caigo
Voy a ponerlos en contexto, yo me encontraba en el barrio La Flora al norte de Cali, cerca al parque, y ellos se encontraban en Aventura Plaza, al sur, SUR de Cali, entre los que existen más o menos unos XXX kilómetros.
– ¡Compadre, présteme plata!
– ¿Para qué?
– Pa’ caerle a la monita que le conté el otro día
– ¿Cuánto?
– 20 lucas
Y arranqué, con plata prestada, un viernes tipo 9 de la noche, en un recorrido que por lo lejos, en taxi, debió haber durado una media hora.
(clic para ampliar y gracias a Google Earth por ayudarme con el mapita)
$19.700 costó la carrera, si mal no recuerdo, en una distancia que si no estoy mal pueden ser unos 15 kilómetros o más; así que con los $300 pesitos de la devuelta en el bolsillo, entré al tal Aventura Plaza, un sitio lleno de culicagados de unos 15 años promedio, todos vueltos nada, tomando trago y dedicados a las artes “bluyineatorias”.
Casi no los encuentro, pero por fin los ubiqué en una de las “islas”, paraísos para el cortejo en Cali, que son sitios en los que se compite por cuál pone la música más duro y la más mala, el reggaetón estaba en su furor inicial y el vallenato seguía reinando como el género más difundido en la llamada “capital mundial de la salsa”.
– Zúmbale al mambo para que mis gatas prendan los motores, una hebra de cabello adorna mi cuerpo, baila morena, baila moreeena, quisiera ser un Miguel Ángel, con pincel en mano y pintar de ti una Mona Lisa –
Y bajo semejante sancocho musical, ahí estaba: de tez blanca, carita redondita, ojos claros, mona, monísima, con su naricita de botoncito y … ¡Hola! (se abalanzó a saludarme).
¡Gané! (pensé)
– !Tonces parce, bien o qué, sentate, vé! ¿Qué vas a tomar?
– Una Poker parce
Y me le senté al lado y comenzó el flirteo, preguntica va, preguntica viene, trajeron las cervezas y por ahí a los 5 minutos ella tomó la palabra:
– Es que yo quería que vinieras y pues aprovecho que aquí están los dos para contarles algo, es que yo estoy vendiendo Amway y quería ofrecerles esta crema dental (la saca del bolso), que es MUCHO MEJOR que cualquier otra crema dental que ustedes puedan encontrar en el blah, blah, blah, blah…
Yo miré a mi amigo con cara de sorpresa y furia, y él me miró con cara de verguenza y furia también. Entendí que él no sabía nada del asunto tampoco.
– … y ustedes saben la importancia de tener un aliento fresco, y pues esta crema vale $57.000 PESOS, pero les debe durar unos 6 meses.
– ¿QUE QUÉÉÉÉÉ? (dijimos los dos, mi amigo y yo)
Cincuenta y siete mil pesos en moneda corriente colombiana, lo que uno se podía gastar en crema dental en el lapso de unos 2 años (en el 2006), el tubo era chiquitico y no tenía alguna marca reconocida visible.
Yo me quedé callado, me apuré esa cerveza, dije que iba para el baño y mi amigo entendió.
– Parrrrrceee, que pena con usted tan hijueputa, esta vieja está loca, cómo es que hace esa vaina, no que pena con usted. ¿Cuánto le costó el taxi?
– $20 lucas
– No, tome $20 lucas pa’ que se devuelva ahora guevón, que pena.
– Fresco
Nos terminamos esa cerveza, me despedí de malagana, ella se habrá dado cuenta, salí a buscar un taxi, me devolví para la casa pero le aclaré al conductor “señor, tengo veinte mil para llegar hasta el parque de La Flora”.
Llegué de nuevo a la casa, ya no quedaban Pokers, ya se había acabado el Brandy, el video de Mar de Ilusiones ya era cuento viejo y yo no tenía como muchas ganas de contar qué había pasado.
– ¿Cómo le fue compadre?
– Bien
Y me acosté a dormir.
Dos adendums: unos días después supe que mi buen amigo le compró la crema de dientes y era LA LO-CU-RA, y también les dejo el video de Mar de Emociones by Afrosound. ¡Disfrútenlo!
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